sábado, 20 de diciembre de 2008

Euge y Giuli



-¿Tenés ganas de leer? dijo Julio.



Julio es el hombre que eligió mi entrañable amiga Euge ("Putu" querida) para caminar a su lado. Y es más que eso. Es mi amigo, también.



-Siempre tengo ganas de leer, dije yo.



-Ya lo sé, dijo él, por eso te voy a dar esto- y me estiró su agenda-



Julio había venido a cenar a casa con Leo y Giuli. Euge estaba en una cena de fin de año.
Leo, con nuevo corte muy canchero y ansioso por chatear en la compu. Giuli, en brazos, sonriente, movedizo como agua de río.




-Bueno, dije yo, y agarré la agenda que me tendía como quien se dispone a leer algo liviano.


Pero él me retuvo la agenda, me miró a los ojos y me advirtió: "Vas a tener que leerlo en otra parte".


Claro, no era un texto cualquiera, era una carta de puño y letra, firmada por su corazón. Para Giuli, su hijo más pequeño, que hoy cumple un año.


Un año que parecen cientos, porque en estos 365 días Giuli tuvo que poner el cuerpo, las fuerzas y todo lo que tenía a mano para pelear por su vida.


Por eso comparto con ustedes la carta que Julio me dio hace unos días para que leyera a solas.


Cuando le sugerí publicarla, enseguida estuvo de acuerdo.


"Esto puede ayudar a otras personas", dijo, con el espíritu solidario que lo caracteriza.


Acá va la carta. Si creen que puede ayudarle a alguien que esté pasando por lo mismo, les pido que la impriman y la regalen. Es un lujo tenerla en mi blog.





Giuli:



Esta es tu historia...



Siempre soñé con traerte a este mundo porque quería tener otro hijo y Leo, que es tu hermano, quería su hermanito menor.

Todo comenzó el 20 de diciembre de 2007. Leíto estaba ansioso porque faltaba muy poco, papá preparando todo para llevar a mamá al hospital, quien se estaba perfumando y peinando para tu llegada.



Por fin llegó el día, a mamá la llevaron los doctores y Leo y yo nos quedamos afuera esperando. Pasó una hora y media y salió la efermera, y dijo en voz alta: ¿Papá de Giuliano? "Acá estamos" gritamos con Leo, y corrimos hacia vos. La enfermera te puso en mis brazos y nos miramos. Leíto dijo que parecías un viejito, ja ja, claro los bebés a veces lo parecen. Y yo te miré, y te miré, y te pido perdón hijo querido por mirarte así, pero te juro que lo hacía porque me di cuenta que algo no estaba bien y vos...



...vos lo sabías porque cuando me mirabas me estabas pidiendo ayuda. Esto se llama tener conexión entre un padre y un hijo, estoy seguro. Luego vinieron las visitas y todos me decían que me quedara tranquilo que no era nada, pero yo...yo no podía, y sabés por qué? Porque me acordaba todo el día de aquella mirada que tuvimos la primera vez que nos vimos, y fue en ese momento, ya de noche, cuando empecé a golpear todas las puertas del hospital. Alguien me tenía que decir algo, alguien tenía que saber lo que vos me querías decir y...



Y fue así. llegaron los médicos y tras hacerte muchos estudios nos dijeron muchas cosas malas, sí, que tenías esto, aquello, y que podías tener esto otro...uf, de todo, basta. Basta dije yo y me metí en un lugar solo y me puse a rezar, a hablar con Dios, le pedí que él decida pero que por favor no te haga sufrir, hasta llegué a pedirle que te convierta en un Angelito (perdón hijo de mi alma) pero era como un alivio para que no sufras, no te lo merecías.



Pero de repente dije NO!! Estoy loco, y te fui a ver en busca de tu mirada, nuestra mirada y vos...vos ahí estabas esperándome para unir otra vez nuestros ojos como dos guerreros que unen sus espadas y claro vos...vos necesitabas una porque la tendrías que usar unas cuantas veces y...



Ahí todo cambió, tu mensaje era que querías quedarte, luchar y hacer todo lo posible por estar con nosotros y...



Y yo dije SÍ!! Qué orgulloso que estaba, y solamente tenías un día de vida, y ahí fue cuando me di cuenta de que la palabra sufrimiento era un obstáculo fácil de vencer cuando se tiene...



Una "MAMÁ": que es una leona cuando se trata de sus hijos y que hizo y va a hacer todo por vos.



Un hermano: que te adora y está todo el día al lado tuyo.



Cuatro abuelos: que iluminaste sus casas cuando te vieron y dan sus vidas por vos.



Una Bisabuela: que habla todos los días con Dios por tu salud.



Muchos tíos: que están todos pendientes de lo que te pasa y nos ayudan en todo.



Muchos primitos: que te esperan para jugar.



Y muchos amigos de mamá y papá: quienes están desde que naciste, al lado nuestro y dan lo que sea por nosotros.



Y un papá que da su vida por sus hijos y que nunca, nunca, nunca se va a olvidar de la primera vez que nos miramos.



Te amo.

Papá.