sábado, 19 de diciembre de 2009


TODOS INVITADOS A SOÑAR!!!!!!!!!!


¿Se puede ser más feliz cuando es sábado a la mañana
y no se trabaja
y de fondo suena Floyd con el lado oscuro de la luna
y estás haciendo tu propio traje de Astrochica
mientras pensás en que mañana vas a volar para otros
en una tela azul
con otros voladores
y soñadores de mundos?

¿Se puede
cuando tu hijo te pregunta
si te gusta ser Astrochica
y te da un beso
mientras termina su té con leche
con galletitas?

¿Se puede preparar una pizza
para tres
y cantar
aunque se cante mal?

Y ser quien se quiere ser
con los que se quiere ser
así.

I DON'T WANT TO MISS A THING...no quiero perderme nada!!!!!!!

jueves, 3 de diciembre de 2009

Oleo de mujer con mechón






El viento vuela mi cabello
en el momento del flash

un mechón
tapa mi rostro

la intensidad postural de los cuerpos abrazados
mar de fondo
me recuerda

fuimos felices
en ese hotel

una estrella

de cortinas grises

y olor a humedad

una estrella de tiempo
habrá pasado.

viernes, 27 de noviembre de 2009

ENAMORADOS



El verano huele diferente cuando se está enamorado. En pleno núcleo urbano se percibe el bosque.
Olor a chicle de fruta, a lluvia, a perfume de la piel.
Todo deja de ser lo que es o lo que se supone que es.
El césped, por ejemplo, pasa a ser el paraíso de los enamorados, quienes recostados sobre él, viven entre dos cielos.
La noche se suelta el pelo para ellos.
¿Qué es movimiento? ¿Qué es estatismo?
Sin importar cuánto dure, un beso será siempre un largo viaje.

martes, 24 de noviembre de 2009

REGALO


Pasen y tome cada uno su espejito. Invita Tomás...y la casa!

lunes, 23 de noviembre de 2009

Irremediable



Si el destino no hubiera trazado entre nosotros esta distancia de guerras mundiales y holocausto.

Si hubiera podido ofrendarte mi vida mi muerte lo que fuera, arroparte en vez de desnudarte y cubrirte con mi cabello como sólo se puede cubrir la maravilla.

Pero este amor fue desde el principio como pretender tomar un trozo de cielo y ahogarse de verano.

Hay pasiones tan condenadas como esos ríos que a los que no llega la lluvia y terminan secándose.

En las noches de desearte, retuerzo mi conciencia como un trapo húmedo porque la culpa es menos tuya que mía y debo sufrir en silencio como pez en la orilla.

Si no me persiguiera tu imagen, tu torso desnudo en actitud de entrega.

Si no tuviera que gritar hacia adentro y morder mis gemidos en madrugadas febriles de tu ausencia.

Sin tan sólo hubiera nacido antes y me hubieran llamado María Magdalena.

No hubiera dudado en ser tu puta.

No estaría tomando los hábitos y preguntándome por qué tuviste que morir en la cruz.


miércoles, 18 de noviembre de 2009

NÓMADE




Solíamos amarnos bajo la noche abierta desnudos como heridas. Entonces éramos ingenuos. No sabíamos que la felicidad es una mariposa que muere en el aire, en plenitud de su belleza.

Todo empezó a estar mal cuando la vi en tus ojos ¿Quién era ella? ¿Por qué se adhería a tus pupilas como un mal bicho? Hubiera querido ahuecar tus órbitas, apretar los puños hasta quebrarme los dedos. Ciego, dejarte ciego, condenarte a la imbécil vida del topo y alejarme para siempre de tu laberinto.

Pero al dudar me convertí en cómplice de tu juego perverso y una consigna obsesiva guió mi estrategia: los hombres infieles sólo buscan placer.

Entonces, hice todo por borrar el camino trazado por su saliva.

Fue inútil: ella vivía en tu mirada como una certeza. Era la imagen invertida del naufragio. Nosotros; la vela rota, el barco hundido, el esqueleto de óxido pudriéndose en el fondo.

Es que el amor, como el viento, no tiene casa.
Hubiera querido arrancarte los ojos, pero ella se hubiera convertido en tu última imagen.
Hubiera. Estúpido verbo.
Ahora sólo me resta tomar coraje y apretar el gatillo.

viernes, 13 de noviembre de 2009

DE NADOS



Voy en mi bici
a lo Superman
pero sin urgencias

lo más parecido
a nadar en el viento
dos por tres
se revela un saltito
y endurezco el cuerpo
como de niña
cuando me preparaba
para el empujón de hamaca

andar en bicicleta
es sentirme especial

ser parte y todo

cielo y suelo
pasan por mí
como si los hubiera creado

si cierro los ojos
mi bicicleta
entra en otra dimensión

todas lo hacen

hay una rara certeza
de que el mundo está
pero se ha ido

por suerte
la noche
siempre
anda con ganas
de abrazar bicicletas.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

El intruso



Yo sé que los poemas no se explican, así como en cine “las excusas no se filman” pero no me importa. Tengo ganas de compartir el origen y significado personal del siguiente poema.

Sucede que todos tenemos, más dura o más blanda, más o menos impermeable, una coraza.

Con ella creemos protegernos de las decepciones, los fracasos, las traiciones, la melancolía y hasta del amor, si se quiere.

Pero a veces, no sabemos por qué, sentimos que algo no anda bien con la muralla, que un temblor sacude sus ladrillos.

Yo prefiero pensar que ese algo, es un gnomo curioso.
Un gnomo que pica el muro para ver qué hay detrás.

Estoy segura que todos tenemos uno.


EL INTRUSO

Gnomo
te ordeno
que dejes de picar las paredes
de mi coraza.

no más de tus cánticos monocordes
no silbes
no bailes tus gracias
sobre la caída de
esta
mi muralla

cuando el dique desborda
el agua arremete en los poblados

si el muro cae
¿habrá algo más que moho y sombra?

jardines

me gustaría decirte que
tras el muro
habrá jardines
vírgenes
colgantes
letras
en vuelo de abejas
recepción
en alfombra de flores

más sabido es
que las espinas
siempre
superan en número a las rosas.

viernes, 2 de octubre de 2009

TEORÍAS



Según tratados de la ciencia, la luciérnaga hembra, de la familia de los coleópteros, ilumina su vientre con fines reproductivos, para atraer a una posible pareja sexual.

Es cierto que una pancita relampagueante puede ser un buen comienzo, pero desde el punto de vista científico, se trataría de una teoría insuficiente.
Como antropólogo e investigador, estoy en condiciones de desarrollar mi teoría sobre los “efectos hipnóticos de las luciérnagas”.

Y para fundamentar esta teoría he dedicado gran parte de mis estudios al comportamiento de una población asentada en una isla ajena a los progresos de la civilización.

Dicho asentamiento se dedica a la adoración de las luciérnagas. Sus isleños viven para alimentarlas, construyen altares en su nombre, preservan su hábitat natural y las protegen de las inclemencias del tiempo. Basta una lluvia, para que grandes y chicos se den con alegría a la recolección de babosas, alimento exclusivo de estos insectos.

Yo mismo fui testigo de un extraño ritual devoto.

Aquella noche no había luna y el cielo era un techo esponjoso que parecía descender cada vez más. La laguna al costado de la cual se emplazaban las casuchas de madera de los pobladores estaban en silencio y sumidas en una oscuridad sin fisuras. De repente, sobre los pastizales, comenzaron a aparecer tímidos destellos, mínimos focos lumínicos que transformaron las inmediaciones en una relampagueante alfombra de luces.

Por obra de las luciérnagas, en sólo unos segundos, aquel paraje virgen y remoto, se convirtió en la porción de tierra más iluminada del mundo.

En ese instante, todos salieron de sus viviendas en una especie de sopor y se colocaron uno al lado del otro bordeando la laguna hasta que el más anciano dio la señal. Tomó entre sus dedos una luciérnaga, la colocó en un recipiente traslúcido y luego lo tapó. Cuando el frasco se hizo luz, todos lo imitaron y comenzaron a avanzar como fervientes religiosos en medio de una procesión hasta entrar en el agua. Sus rostros parecían no tener edad. Formaban, en conjunto, un collar de fosforescencias en comunión con un orden superior. Así, mojados y absortos, extendieron sus brazos hacia el cielo y danzaron hasta caer rendidos.
Si bien aún no he publicado mis hallazgos, estos se vieron recientemente avalados por informaciones confidenciales que se infiltraron de la NASA.

Según estos informes ultra secretos, cinco astronautas americanos, habrían divisado desde las alturas a este islote luminoso y habrían quedado tan fascinados por el guiño intermitente de los pastizales, que habrían abortado la misión espacial para dedicarse a la cría de caracoles y adoración de luciérnagas.

Según la versión oficial se estudia la posibilidad de que estos pobladores sean parte de una célula terrorista que busca dominar el planeta utilizando a las luciérnagas como instrumentos de destrucción e hipnosis masiva.
En breve, desde las altas esferas del poder, se planea atacar el objetivo y salvar las paz mundial.

viernes, 18 de septiembre de 2009

PECOSA

Vaquita de San Antonio
que en el último dedo cambiás de mano:
cuando en otra vida
sea más chica que vos,
extrasmoll
voy a tomar tus pecas por baldosas
para ir saltando y cantando
(y no van a preocuparme los gerundios)
mientras vos
camines
muy a tus anchas como ahora
por el último dedo
de otra mano cualquiera.

jueves, 20 de agosto de 2009

SABIDURÍA MATTEÍSTA 3



CASI

-Mamá... (cara de enamorado) sos la más hermosa de todas.

-¿La más hermosa? ¿En serio? ¿No estarás exagerando, hijo?

-Bueno, casi.

-¿Casi qué?

-Y...casi. Está la novia de Maxi también.

Aclaración: Maxi es un amigo de su papá y su novia, Julia, es morocha, pelo lacio y largo, figura estilizada y una belleza natural a lo Penélpe Cruz.
Matteo hizo volar mi autoestima como pájaro con alas de estreno y después me bajó de un hondazo. Un segundo lugar no está nada mal (aunque dicen por ahí que nadie se acuerda de los subcampeones)


PAPA NOEL COLECCIONA ROPA SUCIA

El otro día me golpeé el codo (sí, justo ahí) y acto reflejo dije: "Lptqlparió..."

-Mamá estás diciendo una mala palabra.
-Sí, hijo, se me escapó.
-Papá Noel te está escuchando ¿Y sabés lo que te va a traer si seguís diciendo malas palabras? Un calzón agujereado y un par de medias con olor a chivo y a pescado.

Si no fuera por la bronca que me da pensar que ese gordo panfludo y barbeta hace más de veinte años que no me trae ni un calzón roto, todavía me estaría riendo.


PAPA NOEL TRABAJA PART TIME

Matteo dice una mala palabra y a mí me brillan los ojos. Hora de la revancha.


-Dijiste una mala palabra, Matteo. Papá Noel te está escuchando ¿Y sabés qué te va a traer? Un par de medias blancas, sin ningún dibujito; y usadas.
-No mamá, no me está escuchando. A esta hora está durmiendo la siesta.

martes, 11 de agosto de 2009

Con ustedes: LA SHISHA




Sábado a la noche.
Ocho telistas en torno a la mesa de Andrés (el anfitrión) tratando de bajar con cerveza y reposo las pizzas de jamón con huevo, fugazzetta, napolitana, cuatro quesos, palmito con salsa golf y provolone.

La Noe se dirige al anfitrión y tira la primera piedra: “Ya la vi. Tenés shisha.”

Andrés: Ah, sí ¿La conocés?
La Noe: Sí, una amiga viajó a Dubai y se trajo una.
Ani: (totalmente descolgada) -¿Una qué? ¿Una pipa?
La Noe: ¡No! –se ríe- Una shisha. ¿Sabés qué es?
Ani: Ni idea.
La Noe: Es esa que está ahí. Es para fumar.
Tania: (que venía siguiendo el diálogo con los ojos como uvas) ¿Dónde? ¿Dónde está?
La Noe: Ahí, date vuelta.
Tania: ¿Cuál?
Noe: Esa, la azul...
Tania: ¿Esta? Ja, ja... ¡Yo creí que era una lámpara!

Explosión de risas.

Para mí, al igual que para mi amiga, aquel objeto era una lámpara o portavelas.

O sea, de cultura shishística, cero.
Para que no les pase lo mismo, acá va data de la shisha:
Shisha o Narghile es una pipa de agua tradicional para fumar. También se le conoce como cachimba, hookah, narguile, o kalyan.
Se usa principalmente en el Norte de África, desde Marruecos hasta Egipto y en occidente, tambien en Guatemala. En Turquía su uso es ofrecido en cafés culturales; donde el cliente puede escoger distintos sabores, tales como manzana, limón, naranja, café y
cappuccino.

Piadoso de nuestra ignorancia y por su tendencia natural a la buena onda, el anfitrión ofrece el plan “poner en acción la shisha” obteniendo como respuesta grititos y aplausos (por si quedaban dudas, eran algo así como: ¡shi-sha, shi-sha!)

Andrés: ¿coco o vainilla?
Ani: ¿eh?
Andrés: El tabaco ¿coco o vainilla?
Ani: Ah. Eeeh...Vainilla.
Andrés: ¿Sofi?
Sofi: Vainilla.
Andrés: ¿Nadie elige coco?
Ani: Falta Rocío. Falta tu hermana, Sofi.
Andrés: Ro está en el baño.
Sofi: No importa. Mi hermana quiere vainilla (risas)

Al final, empate.
Andrés, en un intento por manipular la estadística, busca un blanco fácil: “Vos elegís vainilla porque no oliste el coco”, me dice; y me lo da a oler.

Ani: Mmmm....Quiero coco.
Sofi: Ani...noooo...vos eras vainilla!!!

Ro descubrió que tenía más gusto si largábamos el humo por la nariz, con lo cual todos nos convertimos en eventuales chimeneas nasales.

Tansha, princesa sureña, luego de terrible escándalo para dar la primera pitada, no largó nadita de humo pero después no había quién se la sacara (ayer en el chat se confesó: “Quiero mi shisha”)

Demian, con su estilo sonriente y calmo, fumó como si estuviera al costado de un río oyendo el trinar de pájaros autóctonos y soñando con danzar entre la flora.

Sofi no paró de reírse, acentuando el hoyuelo “felicidad” de sus mejillas.

Andrés trajo el carbón encendido una y otra vez sin chistar, compartió su próximo sueño a corto plazo de una Nikon y puso música de meditación para darle un marco adecuado a nuestra primer experiencia shishística (después pintó Aerosmith)

Vani fue una de las últimas en dejar de pitar. Una shisheadora con perfil profesional. Filmó y sacó fotos con el celu.

La Noe se mareó con la shisha, se prendió un pucho y se entretuvo con los ringotnes del Demian, sustraída en sus debilidades ochentosas.

Y así pasó la noche. Sin la tela. Pero volando y felices como si estuviera.

martes, 28 de julio de 2009

Mucho Gusto


Ahí está.
Antes un par de vigas de hierro ahora mi estructura telista.
Inhalo su olor a pintura fresca, miro hacia arriba y le sonrío espontánemente, como en una de esas presentaciones informales con desconocidos que nos caen bien.
Desde el centro de su barra horizontal, colgará mi tela.
Nos esperan tardes de sol y colchoneta.
Manguereadas masivas con amigos telistas, en verano.
¡Uh! Tortas de 80 golpes,
brownies de Andrés (sin nueces, porque es alérgico)
mates de La Noe,
Tania princesa y sus uñas francesitas glamour,
La Dolo ¡de vuelta!,
los rulos al viento de La Vani,
la sonrisa de laguna del Demian,
La Susy con sus ojos delineados y sus videítos choreados de Youtube,
novios y maridos en las reposeras viendo a los telistas dibujar el aire,
el Pregu y la Fiona olfateándolo todo y dejando regalos aromáticos en el cantero...
Y todos los que quieran estar (eso sí, en la entrada hay que desclazarse de malos humores)
Feliz feliz feliz estreno.
Tres veces feliz porque escuché por ahí que es el número de la perfección.
Y volar con amigos...lo es.

lunes, 20 de julio de 2009

Surtidos


Ay, ay, mi viejita…

Para empezar, vale aclarar que tiene todos los caramelos en el frasco, el tema es que son surtidos y a veces, no logra ponerlos en orden. O sea, en la misma caramelera conviven algunos Sugus, con otros de menta y chocolate, tres o cuatro de leche con maní, una cantidad generosa de gomitas frutales, triangulos de eucaliptus, caramelos media hora y un par de ácidos.
Esta variedad caótica ha dejado efectos secundarios agudos en su sistema de percepción, a saber:


1)
La otra noche estábamos viendo un programa de TV donde había cantantes famosos y mi mamá preguntó:

-Entre esos cantantes ¿estará el que le gusta a LEO?
-¿Quién?
-Ese, que le gusta a Leo… ¿Cómo es que se llama….?
-No sé cual de todos mamá...le gustan muchos.
-Ese que se llama… se llama… ALF.

(Al decir ALF mi madre quiso referirse a JAF, Juan Antonio Ferreira. Say no More)


2)
Una mañana, se despertó con dolor de cabeza. Se dirigió a su trabajo (el almacén LÍsola) decidida a tomar un analgésico. Como en el negocio se había cortado la luz y se le complicaba encontrar un vaso de agua para tragar la pastillita manoteó una botella en la que suponía, había agua y se la empinó.
ERA PROCENEX.

(Por suerte, escupió a tiempo)

3)
Días antes del incidente del Procenex, la Tana se levantó a la hora de siempre y como estaba muy muy dormida sólo recordó que debía ponerse unas “gotitas”, pero no recordaba donde.
Minutos después…

-Uy, qué tonta. ¡Me arde todo ! Tenía que ponerme estas gotitas en los ojos y me las puse en la nariz ¿Podés creer?

(Cómo no voy a poder creer. Si hay algo que soy es crédula. Si salí viva de mi infancia, con esta madre y todo, como para no creer en los milagros)

4)
Hablando de un departamento:

-Lo único que le falta al departamento es que le arreglen la "bocha"…viste la "bocha"...bueno está un poco carcomida, pero una vez que cambien la "bocha"…
-No te entiendo nada mamá ¿Qué es la bocha?
-¿Cómo? ¿La "bocha"? Eso donde te lavas las manos…

(La bacha, je.)
5)
A veces los caramelos se ordenan y suceden cosas como ésta:
Mamá viajando en colectivo, Bahía Blanca-La Plata, a mi encuentro. Va mirando el cielo por la ventana, metiéndose en él. Filosofa, escribe poemas con el pensamiento que nunca llegarán al papel y se acomoda para ver mejor. El acompañante del chofer atraviesa el micro y va cerrando las cortinas de todos los pasajeros. Cuando se acerca a cerrar la suya, mi madre exclama indignada:
-¿Cómo? ¿Y las estrellas?
(¿A quién se le ocurre, caramba?)

lunes, 6 de julio de 2009

SOMOS LO QUE HACEMOS


Conocí a Nico por un comentario en mi blog.
La poesía de sus palabras me llevó a conocerlo más y hoy sonrío cuando el remitente del mail tiene su nombre.
Intercambio de autores, fotografías, opiniones, miniautobiografías...una amistad en su punto naciente, como sol en el este.

La cosa es que un día, recibo este mail de NICO.

¿Te acordás que la semana pasada un taxista devolvió 130 lucas que encontró en el asiento trasero de su auto?
Bueno, hoy con un amigo armamos una página para premiar su honestidad.
Nuestra idea es devolverle las 130 lucas al tachero que ni recompensa tuvo (*) pero no queremos que la gente done plata, queremos que cada uno done lo que hace. Si tenés un restaurant, lo invitás a comer por 100 pesos. Si sos plomero, le regalás un reparación por 50 mangos. Y si vendés zapatos, le regalás un par.
Que cada uno done lo que tiene, para premiar la honestidad de este tipo.

Acá está el Site.
El objetivo nuestro: divertirnos y aplaudir públicamente a los que hacen bien las cosas.

http://www.devolvelelaguitaaltaxista.com/

Beso.
Nico.


Con esta modalidad se recaudaron S131.411 en calidad de chocotortas, cursos de inglés en EE.UU, clases de guitarra, afinaciones de piano, jabón en polvo, órdenes de compra, camisetas deportivas, maquillaje artístico, terapia, entradas para ver a Gimnasia, bufandas tejidas a mano, cenas, masajes descontracturantes y hasta juguetes y disfraces eróticos (y más)

Algunos pueden objetar que la honestidad no se premia, pero hay quienes no la tienen y no está mal reconocer a los que sí.

Mi donación fue simbólica: escribir un cuento con su historia, publicarlo en mi blog y hacerlo circular por mail.

(*) Santiago Gori confirmó más tarde que había sido recompensado por la pareja de jubilados.


Acá va el cuento:



Santiago fuma en la puerta de su casa sin animarse a bajar del taxi y el humo es un signo de interrogación colgado del aire: ¿Qué hago con esta mochila ahora? No todos los días suben al taxi dos pasajeros con aspecto de jubilados, hacen cinco cuadras y se bajan dejando en el asiento trasero una mochila con fajos que “a ojo” superan los 100 mil.

(¡Cieeeeeen mil! Puta madre. Todo lo que podría hacer con esta guita: terminar la casa, saldar la deduda con el banco por la licencia del taxi, darle una mano a los pibes...si fuera mía, claro)

Pita el cigarrillo como para extraerle el alma y le habla con la mirada (en voz alta sólo lo hacen los borrachos, los locos y los galanes de telenovelas) Sólo pensar en no devolverla y su corazón bombea contra el pecho como pájaro demente.

Santiago reconstruye la secuencia: los viejos suben en el Dardo Rocha, el hombre dice: “Hasta 3 y 48”, y él piensa: “Otro viaje corto, qué mala leche”. Después bajan una cuadra antes y pagan lo que corresponde. La siguiente pasajera es la que le avisa: “Acá se olvidaron algo.”

Quién sabe de dónde salió tanta guita, quienes serán ellos y cómo pudieron dejarla así, y sin embargo, tan poca pinta de dealers o mafiosos. MAFIA. Una lengua de frío en su columna vertebral. Es el momento de apagar el pucho, bajar del tacho y contarle a su mujer.

-Mirá negra -tira la mochila en la mesa como cazador a su liebre.
-¿Y eso?
-Mirá -la señala con los ojos- Mirá adentro.
-¿Y esa guita?
-Unos viejos, subieron en el Dardo Rocha, viajaron tres cuadras y se la dejaron en el taxi.
-¿Y cómo la viste?
- Por una que subió después.
-¿Y no te la reclamaron? ¿Saben que la tenés vos?
-Qué se yo ¿Vos viste la guita que es?
-¿Y qué vas a hacer?

El alivio de llegó con la pregunta porque Santiago ya conocía la respuesta. Podía hacer muchas cosas con esa guita, menos sentirla suya. Qué vas a hacer. Dentro de la mochila había un documento: "Carlos T". Ahora los verdes tenían nombre y apellido. También una dirección. Santiago buscó en la guía y encontró el teléfono de alguien con el mismo apellido de Carlos.

-Hola. Estoy tratando de ubicar a "Carlos T" y encontré su número…
- Sí –dubitativo- Es mi primo ¿Por qué asunto?

Enseguida ubicó a Carlos.

-Hola, ¿Carlos?
-Sssí ¿Quién habla?
-Soy el taxista que lo llevó hasta 3 y 48. Usted se olvidó una mochila ¿Dónde se la puedo alcanzar?
- Estoy en la Primera haciendo la denduncia por extravío –dijo Carlos que no terminaba de caer en que estaba a un paso de recuperar lo perdido, fruto de la venta de una propiedad-.

Al verlo en la comisaría y recibir la mochila, Carlos y su esposa sólo atinaron a un: “Negro, sos un santo”, que Santiago no se creyó, porque él solo cumplía con códigos de honor hereditarios. Hasta los policías lo felicitaban y le palmeaban la espalda, no muy acostumbrados a las buenas noticias.

De vuelta en casa, eligió su sillón preferido y sintió que todo estaba bajo control. Treinta años arriba del taxi, pensó. Imposible sacar la cuenta de las madrugadas de vigilia, de las telefonistas aburridas de cantar viajes, las bolsas de supermercado en los sucesivos baúles, changos, bebesites, tangos, radios, manchones de helado, billeteras olvidadas, perseguidos por sus mujeres y amantes, perseguidores, zombis, mascotas, extranjeros, embarazadas en fecha, aventureros, delirantes, desamorados, descorazonadas, optimistas y borrachos. La fauna del cemento que siempre le dio qué comer y de qué hablar. Tanto sacudir tapizados y llegar con lo justo. Pero la dignidad...ese poder abandonarse en el sillón tan livianamente.

Esa noche, en reunión familiar, se rieron de Nicolás, otro de los varones de la casa, de la foto que le había sacado a la mochila de oro antes de devolverla (“Cuando voy a volver a ver tanta guita junta”, había dicho el pibe) y pidieron helado.

Con la primera cucharada de chocolate, Santiago pensó en su padre y sonrió, seguro de que él (donde fuera) también estaría celebrando.

viernes, 3 de julio de 2009

LA TRIPA ASESINA Y EL DULCE DE MEMBRILLO Y/O BATATA

Ayer me cayó este SMS:
“Primero tuvimos el dengue, después la gripe porcina, empezá a cuidar el orto que anda la tripa asesina.”

La tripa asesina (brrrr, escalofriante)

Después de una espontánea carcajada seguí con mis cosas porque no suelo asociarme a este tipo de cadenas.

Pero llegó la noche y el aburrimiento empezaba a envilecerme. Entonces recordé el mensaje y se lo mandé a mi primo (entre otras víctimas)

Antes de transcribir los ida y vuelta de SMS aclaro algunos ítems indispensables:

Mi primo Leo trabaja con mi mamá en el almacén “L Isola”.

Mi mamá es algo así como su tía-Jefa.

Mi mamá es una “Tana de aquellas” lo que se traduce como una “ogra obsesiva de la cultura del trabajo acuñada en la frase el trabajo dignifica”.

Mi mamá (hormiguita incansable) espera lo mismo de su empleado (o sea, mi primo)

Mi primo toca el bajo, tiene la cabeza volada por amores inciertos y estudió Filosofía (un prontuario poco compatible con las necesidades básicas de alimentación del ciudadano medio cuyas preocupaciones son un tanto más terrenales que la música, el amor o el “Dios ha muerto” de Nietzsche)

Dentro de toda las tareas posibles en el almacén, lo que LEO más odia es cortar, en serie, el dulce de batata que viene del mayorista, en porciones de 300/400grs. y enfilmarlas (esto significa recubrirlas con “film” ese nylon transparente con que se recubren las bandejas de las rotiserías)
Una de las preguntas existenciales de LEO es por qué los “abuelos” que van al almacén consumen tanto dulce de membrillo y batata.

A la “tana” no le puede faltar ni un pedazo de dulce sin cortar y sin enfilmar.

Ahora sí, a los bifes.

ANI (a LEO)
“Primero tuvimos el dengue, después la gripe porcina, empezá a cuidar el orto que anda la tripa asesina.”

LEO (a ANI)
“Por lo visto estabas aburrida en tu hogar y decidiste compartir un poco de poesía fina con tu primo. Da gusto tener gente como vos trabajando en los medios y contribuyendo enormemente a la ilustración de nuestros adolescentes.”

ANI (a LEO)
Vos, menos filosofía y prepará la colita. La tripa asesina ataca primero a los almaceneros.

LEO (a ANI)
Lo único que me falta a mí, es que encima que laburo como un gnomo, soportando los constantes arrebatos de una bruja italiana (tu madre) encima venga una pija y me rompa el traste ¿Puede ser la vida tan injusta?

ANI (a LEO)
Mientras te agarra la tripa asesina vas a tener que seguir cortando el dulce. No se puede escapar al rigor de la tana.

LEO (a ANI)
Tu madre es una mujer muy perversa. Me hace cortar dulces aún cuando estos rebalsan en su estante. A veces pienso que soy presa de un odio visceral, indescriptible. Cuando estos pensamientos asaltan mi mente me estremezco profundamente...

ANI (a LEO)
Tu estremecimiento me conmueve. Voy a interceder ante la bruja. Igual no te hagas ilusiones. El dulce de batata es a los viejos lo que a los pibes el speed.

LEO (a ANI)
Juro que no me da la mente para entender el fanatismo que mis queridísimos abuelos profesan por tan horrenda y pegajosa confitura, muy desagradable de cortar y enfilmar. Eso y el placer sádico de tu madre en darme tan espantosa tarea. Mi pobre e inocente mente no alcanza a comprender como puedo ser objeto de tanto odio.

ANI (a LEO)
Más respeto a los abuelitos, cuando seas viejo no te quiero ver pidiendo dulce de batata. Acá dice mi vieja que están por incorporar dulce de guindas . Otro más para enfilmar. En castigo por hablar mal de ella.

LEO (a ANI)
A esa perversa mujer, cualquier excusa le viene bien para torturarme. Yo solo soy un pobre hombre destinado a soportar estoicamente los arrebatos de mi neurótica tía. Lo que más me duele es que vos encima bailes tregua y bailes catala celebrando la venida de una tripa asesina que me quite la poca dignidad que me queda...

ANI (a LEO)
Buenas salenas, cronopio! La tripa te sonríe. Y a mi vieja estás aprendiendo a odiarla “minuciosamente” como solo saben odiar los cronopios.

Movistar, contento (je)


lunes, 22 de junio de 2009

SABIDURÍA MATTEÍSTA 2




A quienes quieran visitar Sabiduría Matteísta 1, es aquí)

Situación: Estamos acostados, los dos comiendo galletitas y mirando el Discovery Kids (en realidad yo "hago como que miro" pero es una excusa para estar cerca, besar sus manos regordetas y molestarlo un poco con mis empalagos)
De repente, Matteo se mira los pies. Tiene una zapatilla con los cordones atados y la otra no.

-Mirá mamá, este cordón me lo até yo.
-¡Muy bien hijo! (orgullo exagerado de madre) ¡Sos un genio!
-¡No soy un genio!
-Sí, ya aprendiste a atarte los cordones solito ¡Eso es muy difícil!
-No soy un genio. No puedo convertir estas galletitas en una rana.

Cuando tiene razón tiene razón.


Situación 2:

A la noche, hora de dormir, Matteo está más mimoso y me pide "Cantame la de la Catalina, mami". Yo empiezo a tararearla bajito: "Estaba la Catalina sentada bajo un laurel...", hasta que soy interrumpida por esta frase:


-Aaaaah (suspiro de Matteo) Mamá...
-¿Qué, hijo?
-No podés ser tan hermosa.

Me dormí más ancha que el Río de la Plata. Sin dudarlo, Matteo es la mejor canción de cuna para mis oídos.


martes, 16 de junio de 2009

POR SUERTE



Otra de INA

Que furia la de Ina, pedalea, pedalea y no llega nunca. Ya ni levanta los ojos del estrecho camino de tierra entre los árboles, la espesura del bosque puede marearla y hacerle perder el equilibrio.

¿Cómo un camino llano, poblado en sus márgenes de flores y fauna, puede ser tan duro de andar, tan loma empinadísima, tan viento en contra?

Su pelo se enrieda contra la velocidad y nudos de fastidio aprietan sus pensamientos. "Cabeza de remolino", se dice, te cuesta pedalear, Ina desastre.

Entonces, bajar del monociclo y sentarse a masticar un tallo.

Sus mejillas fosforescen ahuyentando presencias furtivas (colibríes, mariposas, abejorros zumbones) Pura suerte, la de su dúo repelente. A Ina no le gusta que la vean llorar con tal ganas que comienzan a temblar las frutas hasta en las copas más altas.

Si le preguntaran si está perdida, diría que no, que sólo no puede llegar. Como en uno de esos sueños en que las fuerzas no son reales, en que se corre en el mismo sitio sin poder avanzar.

Piensa que tal vez sea hora de quedarse ahí, al borde del camino, bajo una frazada de hojas. Consulta en un pequeño libro que saca de su mochila, y no. No y no, maldita sea. "Dejarse estar ahí" no figura en su diccionario. Decepcionada, se pone a observar una fila de hormigas para pasar el rato. Pobrecitas. Cargan más de 50 veces su propio peso.

Ahora se acuesta sobre la rueda del monociclo, abrazada al caño, y se queda dormida. En unas horas despertará en su verdadera cama, el monociclo a sus pies, con su pijama cuadrillé celeste y la cara todavía húmeda.

Hay que ver la carga que están dispuestas a soportar ciertas hormigas cuando a INA le da por estas cosas.

viernes, 12 de junio de 2009

UN INFIERNO.



Ya no recuerdo las circunstancias de mi muerte, pero no me preocupa, acá es así, es parte del programa intensivo de olvidos, que dictan las maestras frustradas del infierno.


- “Ya tenemos demasiados ángeles obesos” -escupió San Pedro cuando me vio aparecer por el cielo con mis más de cien kilos de humanidad. Acto seguido, ligué tal llaverazo que caí de culo en el purgatorio en medio de una mesa recién servida, con todos sus comensales lanzados al banquete.

Enseguida me abordaron un grupo de pecadores solidarios que participaban del reality “Cuestión de Fe”, conducido por los antepasados del Dr. Cormillot. Ellos me explicaron en qué consistía este lugar, en el que (se suponía) debía prurificar mis pecados terrenales. Dado que el más grave de ellos había sido la GULA, mi "cura" espiritual consistía en una estricta dieta de 600 calorías diarias que viniera a compensar aquellos atracos de tardes de cine en que sabía devorar un cuarto de quiosco en menos de lo que duran los adelantos.

Ahí fue cuando comprendí, por qué en vez de la luz del túnel o la cara de mis muertitos más queridos, en el final de mi vida sólo pude ver imagenes de mis manos abriendo los envoltorios de miles de alfajores de distintas marcas y tamaños, mi boca dispuesta a intervenir sobre bocados enormes, papas fritas con mayonesa, hamburguesas, ñoquis con salsas de todos los colores, capelettis, marineras empapadas en aceite, choripanes, cañones con dulce de leche, pastafrolas, chinchulines. Una y otra vez, mi boca de todas las edades, reproduciendo mordiscones, moviendo sus engranajes, formando la pasta previa al bolo alimenticio.

Lo más llamativo de que aquella proyección era su retrospectiva ya que terminó con la imagen de un bebé angurriento, enrojecido de furia por no conseguir sacar más leche de una teta materna textualmente reventada. Era yo. Sí, la gula, definitivamente me había acompañado desde los primeros suspiros y Upita la la.

En el purgatorio debía controlar mis impulsos y no caer en la tentación de esconder entre las nubes los salames y bizcochos de grasa que solían dejar como "cebo" los productores del Reality. Nos filmaban con cámaras ocultas que trasmitían, en vivo, para delicia de querubines, arcángeles y toda la troupe celestial, quienes eran los encargados de dejarnos fuera del juego, con el significado que esto tenía: seguir rodando escaleras abajo, esta vez hacia la última parada del infierno.

Nadie puede decir que no lo intenté: me inflé con más de tres litros diarios de agua, les inventé consistencia a las magras barritas de cereales, consumí todo lo que contuviese en su frente la palabra LIGHT y hasta escribí mis deseos y frustraciones infantiles en papelitos que todos quemamos llorando en hogueras comunitarias. Mostrarse en malla, con los colgajos al viento en el mismo instante en que se producían los encuentros "sorpresa" con familiares lejanos también muertos, era el punto más algido del rating. A veces sucedía que algún participante ni se acordaba del pariente en cuestión, pero luego de escuchar los golpes dramáticos de la música y adentrarse en los detalles morbosos de su muerte, no se podía más que estallar en llanto, al menos para sublimar tanta hambruna o para no decepcionar la necesidad ajena de emociones violentas. Pero no fue suficiente. La producción del purgatorio tenía un minuto a minuto demasiado exigente.

A mi favor, debo decir que adelgacé unos cuantos kilos; en mi contra, que no siempre jugué limpio. Algnas pastillitas compradas a los narcos del purgatorio, apuraron ciertos efectos. Hasta acá, nadie había notado mi trampa, e incluso, era una de las "favoritas" de la triubuna reforzada. Pero todo cambió el día en que la conductora, una teñida desquiciada que meneaba obscebamente sus siliconas por videconferencia celestial, me preguntó: ¿Siempre fuiste gordita? Enloquecí ¿No le bastaba ver los surcos de mi castigada anatomía? ¿Tenía que clavar su aguijón en el costado más vulnerable de mi autoestima? La ira se apoderó de mí. Me sentí como uno de esos personajes alienados de 1984, en sus Dos minutos de Odio. De fondo sonaba Bebe: “Hoy vas a descubrir que el mundo es sólo para ti…” Entonces, destrocé a patadas el decorado, salté sobre la balanza hasta reventarla y amenacé a Dios ante las cámaras con las palabras más indecentes de la Historia Universal (terrestre y celestial) Un grupo de profesionales me sujetaron y la producción pidió "un corte".

El resto de los gordos, aún los solidarios, se me vinieron al humo alegando que de mi saco se habían caído unas tabletas de pastillas no permitidas en "Cuestión de Fe". Forcejeo va, piña viene, empecé a rodar escaleras abajo hasta impactar contra un paredón que terminó siendo un pasadizo secreto hacia el infierno.

Pese al estruendo de mi caída, el diablo ni me miró. Estaba profiriendo insultos y amenazas telefónicas a un político de poca monta a quien le había comprado el alma por algunos euros.

- Sr. Diablo -le dije temerosa- creo que no llego en buen momento.

Él finalizó la conversación, hizo un fondo blanco de vodka y echó fuego por la boca aportando su cuota de destrucción al calentamiento global, con sus consecuentes incendios, deshielos e inundaciones. Después me miró y largó una carcajada.

- ¿Querés hacer algo por mí, gordita? - aventuró. A pesar de que no me hiciera gracia el "gordita", me dije que era el momento de mostrarme decidida. Si debía quedarme en el peor lugar, al menos que fuera bajo un trato especial.

- Lo que usted mande, Don.

Se ve que le caí bien de entrada porque enseguida me invitó a la suite nupcial y, tridente mediante, probamos el kamasutra en todas sus variantes infernales. Desde entonces, soy su secretaria. Mi oficina es la popularmente conocida “Antesala del Infierno”.

Detrás de estas paredes, todos la pasan muy mal, casi todo el tiempo; menos yo, que la paso mal, sólo veces. Si ustedes se quejan de sus jefes, no querrán saber lo que es el mismísimo diablo de mal humor.

martes, 9 de junio de 2009

TRIO DINAMICO

Supe todo iba a salir bien (que todo ya estaba bien) cuando cuatro horas antes del show, en el departamento de Tania me recibió "La Noe", buclera en mano, dispuesta a enrularme hasta el último reflejo rubio/violáceo.
Recién entonces entendí que la presión por el tecnicismo y la obsesión por la perfección de las formas, había obnubilado el verdadero sentido de este ritual aéreo: la amistad.
Una de las cosas más lindas de hacer acrobacia en telas es gozar de la compañía de exquisitas criaturas dispuestas a volar en comunidad: mis amigas y amigos telistas.
No era una coreo más: en telas contiguas a la mía, estarían ellas, Noe y Tania, dispuestas a esperarme si me atrasaba, confiadas en que yo también esperaría, lanzadas a brillar.
Nada podía salir mal, y aunque así sucediera, esto YA valía la pena, sólo por estar juntas compartiendo una tarde de mates, sugus y risitas panicosas.
La mesa de Tania era un desfile de hebillas, la buclera pasaba de mano en mano y de cabeza en cabeza y un aura de armonía se dejaba inhalar tomando atajos secretos hacia el alma.
Ahí estábamos de nuevo: el trío dinámico en acción. Con nuestros colores y opacidades, sin nada que ocultar.
Una vez en el show, subimos, nos dejamos llevar y tal y como sabíamos que pasaría, nos esperamos.
La canción fue fugaz como beso robado.
Irrepetible.
Y al bajar, cuando la música acarició nuestra victoria con sus últimos acordes, los aplausos de tantas manos queridas rebotaron en nuestros residuos de adrenalina, esos que ahora podíamos bautizar "FELICIDAD".


viernes, 5 de junio de 2009

DESOLADA, NO. DESALADA.


4.38.
4.38 AM y yo despierta.
Cuando una noche fría arranca mal, lo peor que puede pasar es que la frazada te quede corta (y no es una hipérbole) Tiro y tiro y se sale de la cama. Maldita sea. Pienso “dormite, dormite, dormite”, y nada. ¿What Up? Lo segundo peor que te puede pasar, es desvelarte.
Como todo insomnio, el mío también tiene un motivo, una imagen que se repite, que viene una y otra vez a mi mente como un tren que avanza en círculos y que retorna siempre a la misma estación.
La imagen es esta: Tania, Noe y yo, ensayamos la coreografía de telas, y no sale. ¡No sale! La cuenta regresiva termina el domingo, en una función donde nos esperan todos nuestros seres más queridos, con las palmas preparadas para aplaudir. Y en mi cabeza, la coreo no sale. De repente, me quedo enredada en mitad del show o voy a destiempo con la música, mis pies no están en “punta” o llego tarde al final de la canción. Y cuando termina el evento no quiero ver a nadie. Ningún “Salió hermoso”.
Escuchame nena, me digo, hay cosas más importantes por las que estar preocupada en este mundo. Dejate de joder. Igual, no me duermo. Ahora tengo algo más de qué culparme, no sólo no soy capaz de alcanzar mis objetivos estéticos o artísticos sino que soy una superficial. Genial ¿Es que me creía distinta de las cabezas huecas que bailan con Gieco en el video de Los Orozco?
Esto último no ayuda en nada a conciliar el sueño.
Y cuando intento pensar en otra cosa, hacer un doble click mental y echar todo a la papelera: el archivo no se puede eliminar.
UF. Comprobado. Mis peores pesadillas, son en la vigilia.
¿Por qué no lo estoy disfrutando? ¿Por qué imagino que nada sale? ¿No es lo que me gusta hacer? ¿No soy feliz dejándome llevar por la caricia del aire en la caída controlada? Ese es el tema. No estoy dejándome llevar por la caricia. No sé por qué. La causa. Cada pensamiento negativo es una pluma menos y la noche palea cal sobre mis alas enfermas. Quiero volar otra vez.

miércoles, 20 de mayo de 2009

LA POSIBILIDAD ERA BLANCA



De pronto estaba en tu palma. Ahí donde hace un rato no había nada, ahora se agitaba una pluma blanca. Quién sabe de dónde venía, qué brisa la había traído hasta vos, pero ahí estaba, con sus pelillos.


Ibas por una calle cualquiera, sin rumbo, cuando se pegó en tu abrigo y casi por inercia la despegaste de vos para mirarla. Algunos habrán pensado que estabas loco (por tu manera de acercarla a tu cara hasta ponerte bizco) pero vos bien sabías que no, acaso algo extraviado, náufrago de plazas, sin saber qué hacer un domingo, sin un deporte practicado desde chico que te rescatara del regreso involuntario a la vida impar.


Desde que ella te había dejado, andabas por ahí, como alga que se desprende del fondo barroso y se deja arrastrar por la corriente submarina. O no, más bien como un pedazo de estatua que se desprende del original, cascote que rueda solitario hacia su inexorable destino de polvo. Tus días eran gemelos, hombrecitos de papel unidos por los brazos de las horas, consejos resbalosos cayendo en tu tristeza como en un aljibe.
Desde que no podías jugar con su pelo, quién sabe por qué extraña asociación, los libros te parecían algo triste. Para qué engañarte. No iba a volver. En eso pensabas cuando apareció tu pluma. No podía ser un hecho fortuito. Alguien te encomendaba la suave misión: soplarla, acariciarla, hacerla danzar. Sentir que otra vez podía pasarte algo (aunque no supieras qué) una soga para salir del pozo, una mano, una pluma.

Cada vez que habías buscado la puerta hacia alguna parte (y los bares estaban cerrados, clausuradas las cantinas, tapiados los corazones) esperabas algo. Como una fiera ciega y vieja busca con el último aliento el mejor sitio para ir a morir, vos buscabas, esperabas, el mejor sitio para vivir.

Ahora tenías con quién absorber la última intención de luz de la tarde. No te importaba por cuánto tiempo, ni la edad de la pluma, sólo sentirla conectada a tu vibración interna, como si compartiera con vos la tensión de hacer equilibrio en la misma cuerda. No como esas noches de tabaco y cerveza, hablando de cosas que no te importaban, con caras que no reconocerías porque no te interesaba retener, con nombres que si te los dijera jurarías que nunca escuchaste, dejando pasar los días; como un chico que se ratea de la escuela, rateándote del tiempo. Noches en que las burbujas subían al vaso y vos las mirabas con temor a que cuando todas explotaran te tocara a vos, el joven que explotó de amor, titulares blancos sobre placas rojas. Y sin embargo, no explotabas.

Tu casa te veía llegar borracho, chocar con muebles, vomitar espeso, líquido, ya no vomitar, y salir a tomar aire a la inmensa madrugada de tu balcón. Entonces, mientras tu mundo giraba en el agujero del inodoro, esas caras ajenas volvían como bufones, seguían hablando de lo que no te importaba, diálogos agusanados, lenguas como lombrices penetrando en tus oídos muertos.

Pero ahora, desde que tu pluma había llegado, ahora que sus pelillos danzaban al viento, ser suave era una posibilidad. Si hasta te daban ganas de pensar en cosas lindas: la cola gorda de una sirena, el patio de tu infancia con su limonero, el charco barrial por el que navegaran tantos barcos con sus policiales, necrológicas, clasificados. Adiós barcos.

Al final, tu pluma era una reducida máquina del tiempo que te llevaba de un lugar a otro sin consultar. Eso te hacía tanta gracia que empezaste a reírte a puro diente. Cómo te hubiera gustado que ella riera con vos, dando saltos de hipo en la palma de tu mano. Entonces, nada en el mundo hubiera podido ser tan importante. Adiós pluma. Adiós.

viernes, 8 de mayo de 2009

MISIÓN CUMPLIDA




Hace un par de semanas, recibí este premio que es a la vez un MEME. Agradezco a Natxus el haberme tenido en cuenta y las palabras lindas que me ddedicó (sabés que el gusto es recíproco)

El Meme, consiste en contar ocho sueños personales y entregar el premio a ocho bloggers más, para que no se corte (y avisarles)

Acá van mis respuestas.


Sueño imposible 1
Tomar un café con el CRONOPIO más grande en un bar de París
(ser su Maga por un rato e inspirarle un cuento)


Sueño imposible 2
Cantar
(bien, off corse)

Sueño imposible 3:
No morir y que no mueran mis seres queridos
(en todo caso que el cielo sea una joda “eterna”, cuac)








Sueño de corazón
Saber que en el mundo no existe un solo niño que la esté pasando mal.
(me niego a que sea “imposible”)






Sueño de corazón 2
Que mi hijo sea una buena persona y feliz.





Sueño cholulo
Ejem...este me da vergüenza, pasemos a otro sueño.
(hagan sus apuestas, ja ja)






Sueño nómade
Conocer muchos lugares del mundo y mi país.

Sueño que alguna vez compartí en este blog
Escribir una novela (y que me guste)




GRACIAS POR EL PREMIO!!




Mis elegidos son todos aquellos que tengan ganas de contar los suyos!

lunes, 4 de mayo de 2009

Cochinadas


Los lectores de este blog sabrán disculpar el humor negro (o disfrutarlo) pero gracias a este post, y a este, y este otro...se me ocurrieron algunos chistes fáciles y no soportaría no compartirlos.
En caso de guardármelos estaría atentando contra las defensas naturales de mi organismo (el humor es mi única vacuna contra ciertas epidemias)
Así que aunque más no sea como método preventivo, comparto mis malos chistes con ustedes (no digan que no les avisé)

MEDIDAS PARA COMBATIR LA GRIPE PORCINA:

1) Culturales: evitar el consumo de los siguientes títulos:

Los Tres Chanchitos

Los Muppets


Babe, el chanchito valiente


2) Medidas comerciales: Quedan prohibida la venta de efectos personales alusivos al porcino.

Tazas

Aretes
Otros...

3) Medidas Económicas: NO al ahorro!

(inmediatamente comprendido por las chicas)




4) Medidas de Convivencia:
NO A LAS COCHINADAS





5) Medidas lingüísticas: Quedan terminantemente prohibidos los siguientes dichos populares:

"Tirar margaritas a los chanchos"

"Chancho limpio nunca engorda"

"La culpa no es del chancho sino del que le da de comer"

"Más difícil que chancho enjabonado"

Ahora en serio: lean este párrafo, es corto.


El laboratorio Gilead Sciences, Inc., con sede en California (EEUU), es el que tiene los derechos del supuesto remedio contra el mal que aterroriza al mundo. Y el directivo más conocido y poderoso de la firma es un señor que se llama Donald Rumsfeld y que fue secretario de Defensa de Bush. Un hombre que ya demostró ser duro y agresivo como pocos y que la gripe porcina actual, como la aviar de entonces, podría hacerlo todavía más rico de lo que ya es.

La nota completa en:


http://www.elconfidencial.com/cache/2009/05/02/salud_80_verdad_sobre_gripe_porcina.html

Y me voy con uno que no es mío pero ansío compense los malos chistes anteriores:



jueves, 30 de abril de 2009

UN TAXISTA MUY GAUCHO



Soundgarden en la mesa de luz (”In my eyes...indisposed”) y manotazo al celular que titila. Despego un ojo, el otro. Uhhhh, 6.50. Lo programo a las siete. Diez más, diez menos. Seven o´clock, Soundgarden segunda vuelta y ahora sí no queda otra. A correr descalza al baño y sentir el abrazo matutino de la lluvia (jabón rosa exfoliante y savia vegetal)


(“Black hole sun, Won’t you come, Won’t you come...”)


Lo que sigue es una mini maratón pero en sentido contrario (del baño a la pieza) La musculosa blanca del gato rosa es lo primero que asoma en el placard, como si supiera que hoy le toca. Pañuelo turquesa con brillo, bastante rimel y a esperar el taxi en la vereda para ver el cielo.

El taxista que frena, amaga a bajar, pero queda sujeto al cinturón de seguridad. Me pregunto ¿para qué querrá bajar este hombre? (la lógica sería que yo suba y no que él baje) Todo se devela cuando, desde su asiento, estira el brazo con la intención de vaciar su mate en un contenedor.

-Deme, deme, que para mí es más fácil.
-Bueno...muchas gracias. ¡Me da una bronca sacarme el cinturón!

Toma el primero (por cortesía) y me da el segundo (¡Qué buena onda este taxista! ¡Qué buen mate!) Eso sí, no para de hablar (y a mí que todavía me cuesta seguirle el hilo de la gripe porcina, la marcha contra la inseguridad y el dilema de una amiga suya que está por internar a la madre en un geriátrico)
Y en eso sale con un “¿Y cómo es éeeeeeel? ¿En qué lugar se enamoró de tiiiiiiii”? Y me dice en tono de comediante con falsa indignación: “Se me pegó, se me pegó Perales”.

Risa va, mate viene, no puedo dejar de pensar a quién se parece: colorado, muy flaco, dientes prominentes y sonrisa fácil.
¡Lo tengo!
Es un híbrido entre Garganta de Lata y Ungenio (¡PLOP!)


Garganta de Lata



Ungenio


Y así entre Piporé, Perales y Condorito, me deja en la primera cuadra de Rodríguez, donde bajo gustosa de pagar el viaje.

-Gracias por los mates...

Ahora, un edificio marrón me tapa el cielo, pero en un giro de 90º logro sortear el obstáculo (Ah, qué alivio, sigue estando ahí)

-Este cacho de celeste se viene con nosotros -le digo al felino de la musculosa-. Grabalo en tus pupilas gatunas.
(y él ronronea, señal que está de acuerdo)

viernes, 24 de abril de 2009

Punto rojo en el cielo




Una rana made in china y un globo rojo atado a la silla. Así la esperabas en el bar de la terminal, cuando a través del vidrio, la viste bajar del colectivo con su bolsón enorme que siempre intentaba arrastrar con el pie, como a un animal dormido. Te preguntaste cómo podía ser tan linda, a esa hora.


Su pelo largo y ondulado te traía la postal de la Venus de Milo y ese viaje gasolero por el primer mundo en que no les había quedado hostel piojoso por conocer. Sólo cuando hizo un gesto con la mano saliste de tu pensamientos, a su encuentro.

Lo primero que llamó tu atención fue no ver al remolino Laura, encima tuyo. No tener que hacer nada por detener aquel arrebato de besos y abrazos que imaginabas te despojaría de todos los regalos. No.


Laura se acercó caminando, casi como si no te hubiera reconocido y estuviera yendo hacia vos de la manera en que alguien se acerca a preguntar una calle. Pero te había reconocido, porque dijo "Hola Martín" y te abrazó como si te estuviera consolando de algo o esquivando el beso esperable después de semanas sin verse.


"Un mes no es nada, tonto, pasa volando", había dicho ella antes de irse. Ahora, en el mismo lugar, un mes después, todos sus movimientos parecían desmentirla. Cuando aflojó el abrazo, registró el globo y la rana de peluche.


-¿Son para mí?
-No, para el chofer del micro. Claro que son para vos, hermosa.
-Gracias, son re lindos (Laura en silencio, mirándose los pies)
- Ey, amor ¿Qué pasa? ¿Por qué estás así? No me asustes.


Apretaste su cara dulcemente y la obligaste a levantar la mirada. Su boca fría, como un pájaro muerto, te negó por segunda vez el beso mientras escondía la cara en la cortina castaña de su pelo. Por un instante, sólo se asomó su frente, y la escuchaste llorar.


-Mi amor ¿Te hicieron algo? ¿Alguien te hizo algo?
-Estoy bien, sólo quiero que hablemos. En otro lado.

-Bueno, el auto está por allá.


Una vez al volante, empezaste a darte cuenta de que te estaba dejando. Laura te estaba dejando. No podía ser. Tal vez estabas entendiendo mal y sólo te había engañado, había conocido a un francés con su estúpido acento amanerado y se había dejado llevar por el champagne, y la distancia, y lel fervor de lo nuevo, pero nada más (¿nada más? ¿de veras preferías un engaño?) Antes de hablar, te endureciste.


- Lindas tus zapatillas.
- ¿Qué?
-Digo, te deben gustar mucho, porque no dejaste de mirarlas desde que llegaste.
-No seas irónico.
- Y vos no seas vueltera. Largá todo. Si me vas a dejar, hacelo ya.



Un trámite. Laurita en la Obra Social, pidiendo la autorización de una orden. Laurita con ganas de que le firmen todo rápido para irse a la casa y alquilar una de terror o de acción. Y mirarla sin vos al lado, claro. Laurita enfermera preparando un discurso para amortiguar el golpe, diciéndote lo que aquellas viejas gordas de las salitas de barrio: "Ahora va a venir un mosquito y te va a picar". Hija de puta. No te va a doler.

Qué no somos los mismos (lógico, fuimos cambiando) Que nuestros besos ya no son apasionados (pasaron diez años, Laura) Soy yo, que no sé lo que quiero.


Por tercera vez, desesperado, apuraste tu lengua en el agujero de su boca, y ella te corrió la cara. Así no, terminemos bien. Su boca muerta (antes, red de mariposas, ahora, agujero negro) ¿Te doy asco Laura? (agujero por donde se te iba la vida sin que pudieras hacer nada por retenerla) No querer escuchar. No sentir el ruido de tu corazón cayendo desde la cima como una piedra frágil.


-Está bien, Laura. No te gastes. Ya entendí. Se terminó el amor.
-Tampoco lo digas así.

Al poner la marcha te dolió ver que la cara de Laura se relajaba, que su misión de mensajera había terminado. Darte la noticia y relajarse. El único protagonista del velorio, eras vos, el único familiar directo. Laura tan ajena. Lejana ¿Cómo no te habías dado cuenta? ¿Qué señales habías dejado pasar en tan sólo 30 días? ¿O venía de antes? ¿Qué ibas a hacer cuando ella bajara, cuando la puerta del auto, plaf, rebotara en tu tristeza, y vos, plaf, perro que esconde la cola porque no quiere entender que lo están dejando en la ruta? ¿Cómo ibas a retener su perfume, a fijarlo en el entramado gris de su asiento para acariciar tu rutina de casa al trabajo?


Ella te hablaba y vos te perdías en sus uñas rojas, que siempre te habían parecido pétalos de una flor muy pequeña, te perdías en el puño apelotonado de su pullover rojo tejido a mano, con la nostalgia anticipada de que ya nada era tuyo.


¿Te saludaría Laura desde la vereda de enfrente cuando la vieras caminar con otro bajo un paraguas cualquiera? Maldito cine yankee. Todos los clichés de Holyywood pisoteando la alfombra roja de tu cerebro. Ser caníbal, comerla, guadarla en tu estómago como un souvenir de lo que fue y lo que no fue. Empezar a llorar por ella, emborracharte, sentirte embarrado como si en tu pieza lloviera y vos fueras una planta de raíz débil . El lodo te va comiendo y no queda nada. El deseo de no ser, no estar, no abrir la ventana, ni atender el teléfono. Pero ¿Y si era ella?Te dejaba, te estaba dejando, y la rana de peluche te miraba con sus ojos de plástico. Fucking rana. Fucking cara de idiota pidiéndola en la juguetería, "A ella le fascinan las ranas", y la vendedora, "Qué tierno", mientras te daba el vuelto, "Ojalá le guste", y vos confiado, "Le va a encantar".

-Te quiero mucho, Martín.

Que no diga tu nombre, que no lo diga ¿Cómo se puede ser tan cruel dentro de ese enorme pullover rojo tejido a mano? Fucking rana. Ahora vas a ver. Te vas a quedar sin ojos. Vas a volar por la ventanilla. Volvé a las cloacas rana de mierda.

-¿Qué haces Martín? ¡Sos un hijo de puta! ¡Era mi rana!

Ella que baja del auto y vos que le bajás el bolso y la dejás ahí, parada en la puerta de su casa, con el globo en la mano. Te vas. Por el retrovisor la ves arrodillarse a levantar la rana y te sentís mejor. Cuánto te amo, Laurita enfermera. Decime otra vez que no me va a doler.
Ya pasó un mes, es la madrugada y estás durmiendo solo en una cama todavía muy grande. Despertás agitado por una pesadilla y volvés a escuchar las palabras de Laura: "Un mes no es nada, tonto". Vas a la heladera y te servís agua. La imagen del sueño te sigue los pasos. No querés pensar. No querés seguir viendo a esa fucking rana hundida en el charco del cordón. No querés ver a Laura, por el retrovisor, abriendo la mano, mirando como ese punto rojo se pierde en el cielo, mientras tu auto se aleja.


miércoles, 15 de abril de 2009

COLLAGE URBANO

Obelisco y Av. Nueve de Julio.


Esperando el subte.

Plaza Miserere

Este texto lo escribí hace algunos años, luego de un viaje a la capital.


La ciudad no tiene sexo. Es esta garganta enrojecida y enferma, empecinada en mostrarse. Perdida en el asfalto, no puedo ver los rostros. Cada esquina es un espejo roto. Giro sobre mi eje, levanto la vista. Alguien recortó los edificios, las estatuas, los carteles y los pegó en este collage. Tal vez todos seamos de papel –pienso- y me interno en la boca de un subte, en su mal aliento.

La máquina se aproxima, el sonido metálico es cada vez más fuerte; ahí está, disminuyendo su marcha paulatinamente, aunque sólo unos segundos, los necesarios para que los insectos bajen, caminen, se empujen y precipiten hacia luz, cadáveres desesperados por salir del nicho y echar a andar.

Las escaleras de Once me escupen a la calle y en Plaza Miserere son las dos de la tarde. Un pibe hace que toca el bandoneón y se limpia los mocos en la manga de su camisa a cuadros, tres talles más grande. Desde sus ojos me mira un hombre. Cómo darle la moneda que me pide, sin herir su dignidad.

La angustia es cómo un vómito, llega de repente, sin darme tiempo a contenerlo en la garganta. La angustia, esa babosa gorda, pegada al alma.

Esqueletos de papel publicitando ropa interior en rascacielos, taxistas apurados en apurarse, limpiavidrios, bolsas de nylon, ladrones, yuppies, choripanes, celulares con tapita y sin tapita, los insectombres del subte ahora en la calle, ricachonas con labiotox regodeando su lujo como pavos reales, peruanos, chilenos, japoneses, porteños.

Semáforo en rojo. Un viejo se para en medio de la calle, los brazos en cruz, de cara a los autos y gime una plegaria. Verde. Bocinazos. Todos aceleran. El viejo corre hasta la acera desgarbado como marioneta en manos de un desquiciado. Y yo lo sigo. No sé adónde va, ni qué busco en él.

Lo sigo por cuadras y recovecos, sin saber por qué, o sí, porque estoy perdida, porque sus ojos me recuerdan a los de mi abuela, redondos y sencillos. ¡Ah! los ojos de mi abuela, sólo en ellos podría dormir, tirarme en su arruga más profunda, como perro al sol , a soñar con un mundo sin cartoneros ni cartoneritos, sin niñombres, una ciudad entera de ñoquis con tuco, tortillas,orégano y arroz con azafrán.