martes, 15 de febrero de 2011

En el camino


Hay una casa, en medio de algún lugar, de un bosque, donde una pequeña vieja muy arrugada y encorvada abre siempre la misma pesada puerta de madera y te recibe con flores silvestres, mermeladas caseras y una tostadora desde donde el pan salta a la mesa como chorros de agua a tu boca.

Las habitaciones son frescas en verano y con coloridos cubrecamas artesanales que huelen a historia, en el invierno.

Cuando abrís la ventana entra el mundo.

Yo sé que algún día voy a llegar. Mientras tanto voy pisando las uvas del incierto camino para no olvidar que bajo mis pies el suelo fluye como el vino a las copas.