Cuando Lucía se dio cuenta
de que estaba enamorada
le empezaron a crecer corazones
por todas partes
El primero le salió en el ombligo
por lo que, pensó,
sería fácil ocultarlo
aunque no lo fue tanto
porque cada vez que alguien
decía el nombre su enamorado
aunque estuviera hablando de otro
el corazón se le escapaba de la panza
se asomaba por
el cuello de su remera
y por más que lo empujara con el dedo
para hundirlo
no había caso
Y Lucía transpiraba y se ponía colorada
y hasta el color en las mejillas
tenía forma de corazón
Entonces trató de ponerse mucha ropa
porque así podría contenerlos
pero se habían multiplicado
y se le caían por bolsillos
por las mangas
¡Ay,que trabajo era atraparlos en el aire!
Al final se le ocurrió
una buena idea:
los atrapó a todos
en esta poesía.